Economía colaborativa: La nueva tendencia que está revolucionando al mundo
En nuestra realidad cada vez más inmersa en las redes sociodigitales, se ha concebido un nuevo modelo económico y de negocio, en respuesta al cambiante contexto político y social contemporáneo, donde también se busca ampliar el uso de las nuevas tecnologías para el comercio y resaltar la ayuda mutua y la colaboración, dando paso a la economía colaborativa.
Durante la pandemia, miles de personas tuvieron que adaptarse y buscar nuevas formas de generar ingresos sin salir de sus casas y evitar tener contacto directo con sus clientes, por lo que las redes sociales, brindaron una alternativa para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios.
Sin embargo, este nuevo modelo de negocio está en constante evolución, ya que continuamente surgen nuevos espacios donde poder hacer uso de ella. Esta serie de cambios se ven afectados directamente por las tensiones geopolíticas, la acción climática y es impulsado por el surgimiento de negocios digitales.
Dichos factores, indudablemente ponen en riesgo la colaboración efectiva, entre países, empresas que afecta directamente los sectores público y privado.

Propuesta ante la adversidad
Este nuevo modelo económico, propone no sólo beneficiar a los comerciantes, clientes y usuarios virtuales, sino que también fomenta un consumo responsable y sostenible para el planeta.
Por otro lado, la globalización del comercio se ha ralentizado durante la última década, en parte impulsada por políticas comerciales restrictivas. Mientras tanto, el comercio intrarregional está en ascenso, con muchos acuerdos comerciales regionales, negociados entre economías emergentes con clases medias en crecimiento.
Por lo que los servicios se están comercializando más que los bienes y se espera que esta tendencia continúe en ascenso en las próximas décadas, especialmente con el auge del entretenimiento en streaming y las redes sociales que están contribuyendo a un aumento masivo de los flujos de datos transfronterizos.
Tipos de economía colaborativa
Dentro de este nuevo modelo económico encontramos diferentes tipos que conforman la economía colaborativa, cómo:
La relación que se establece entre las partes es la que determina el tipo de economía colaborativa.
Consumo colaborativo: Se da a través de plataformas digitales, los usuarios intercambian bienes y servicios. Además existe una amplia variedad de productos a los que podemos acceder a cambio de dinero o realizando un trueque.
Conocimiento abierto: Son plataformas en las que, sin ánimo de lucro, se difunde conocimiento. Además esta información no está sujeta a derechos de autor.
Producción colaborativa: Son espacios virtuales o físicos donde varias personas interactúan y colaboran en la gestión de proyectos, productos y servicios. Este tipo de economía colaborativa suele aplicarse en ámbitos profesionales como el diseño o la ingeniería.
Finanzas colaborativas: Son sistemas de crédito como préstamos, ahorros, donaciones, microcréditos y financiación colectiva como el crowdfunding. En el caso del crowdfunding, una iniciativa sale a la luz gracias a las aportaciones económicas de otras personas. Suele usarse en proyectos musicales, artísticos, culturales, etc.
Nuevos Desafíos para ISO
Sin embargo, estos cambios presentan nuevos desafíos para los organismos de normalización. Por ejemplo, el aumento del comercio regional a comparación del global se desacelera produciendo mercados fragmentados con estándares diferentes a otras regiones.
Por lo que los estándares están monitoreando estas nuevas tendencias digitales y ahora existe un comité dedicado a la economía colaborativa llamado “ISO/TC 324 Sharing Economy”.
Ventajas del modelo de economía colaborativo
Algunas de las más importantes son:
El ahorro: La mayoría de productos o servicios que se ofrecen a través de este sistema tiene precios módicos o, incluso, simbólicos.
Desarrollo: sostenible: Estimula el segundo uso de los productos. Lo que alguien ya no necesita, puede tener una nueva utilidad para otra persona. Se promueve un consumo moderado.
Gestión de recursos: Otro principio de la economía colaborativa es que si a alguien sirve una cosa, lo más probable es que a otra persona también. ¿Por qué no compartirlo? El mejor ejemplo son los coches de carretera, que pueden servir para llevar a varios pasajeros con destinos próximos.
Mayor oferta: Los productos con un segundo uso y los servicios compartidos amplían la oferta de los mercados tradicionales.
Beneficio medioambiental: La reutilización y los servicios compartidos son una manera de contribuir al cuidado y la sostenibilidad del medio ambiente.

Promesas por cumplir
Sin duda, los estándares jugarán un papel importante para garantizar que estos nuevos modelos de negocio logren su promesa de ser más sostenible y evitar la sobreexplotación de los recursos naturales y los trabajadores.
En conclusión, sabemos que el comercio contemporáneo se va transformando gracias al contexto tecnológico y social por lo que es necesario que los organismos de normalización y estandarización trabajen en conjunto con las empresas, los legisladores y los consumidores para ayudar a sentar las bases de un mejor futuro para el comercio y para el planeta.